Primer dicho, hay que decir el
informante de este estudio casi nunca cuenta con el poder de escoger entre sus
dos idiomas, sino solamente basado en sus encontronazos con otras de su
comunidad de habla. Por el valor sociolingüístico que dirige el ocultismo de su
habla nativo, es evidente que cuenta con el dominio de los ambos lenguajes como
un bilingüe compuesto; y convivir en los pueblos más agrarios que la ciudad, su
bilingüismo nos demuestra bien un efecto aditivo. Con el habla maya, se podría
indagar mejor la significancia de la tierra rodeada: desde el suelo ‘Kan kaabal’
debajo su pie chancletudo, por las temporadas de la mata ‘Mamey’ y ‘Zirocote’
que lo regalan su fruto en su propio tiempo, hacia el cielo nublando que dirige
Chaak
en su furia, todavía se lo esconde frente los que no lo hablen. Es decir, su
habla de preferencia sería el habla de sus antepasados, de su abuelo, y su tata
abuelo; sino tiene que aprovechar lo segundo por la conquista lingüística de
español en su tierra. Después más de 500 años en someter el habla del indígena,
siempre se permanece los proverbios que nos conectan a su cultura, al pasado, y
a la tierra que nos sirve bien cada día. Hasta hoy en día, en los rincones de
los pueblos bilingües, afuera del anillo periférico
rodeando la ciudad de Mérida como una fortaleza española tan avanzada, se conservan
bien su dominio económico, su reino político, y estigma social todo para
prohibir los que les sirven. Mientras habla el español casi cada persona por la
península Yucatán que quisiera ganar un poco de los billetes encerrados allí,
cualquier persona podría asimilarse al dominio del habla europeo.
Frente
una fuerza sin nada del compromiso ni la compasión, ha sostenido el lenguaje de
los maya por sus costumbres culturales que acerquen la vida cruda, afuera de la
luz artificial de la ciudad que nunca dará y solamente toma la esencia de la
cultura de los maya en cambio. A pesar de acomodarse a sí mismo dentro del
corriente que demanda mucho de su hechura, todavía se queda la comunidad de
habla bilingüe entre los dos mundos que comparten tan mucho. Desde su estilo de
vida hasta sus creencias espirituales, los dos campos del bilingüismo por su
pueblo: los que solamente habla español y los que son bilingües compuestos
todos, determinen ellos el tipo de habla que escoja el informante. Por su
nombre apodado apropiado, “El Alegría” por supuesto cuenta con sus preferencias
lingüísticas en su favor de hablar maya como se fuera un aspecto cotidiano de
su pueblo, al nivel de este bilingüismo que atribuimos a la comunidad de habla,
sino lo que favorezca él no se importa nada. Aquí entraremos la zona de
valorización social, dentro el habla por las calles del pueblo que dirigiría la
categorización cognitivo del niño bilingüe: en donde los valores de la
comunidad dictarían el habla del individuo. Al mismo tiempo, los elegidos del
individuo provengan el rostro de la comunidad. Por las casas de esos hablantes
bilingües; en las bancas por el parque central de su pueblo; y entre los varios
contextos de su día, ‘El Alegría’ se podría encontrar varias oportunidades para
involucrarse en la plática por ambos de sus lenguajes nativos.
Si
fuera de pasarse por el pueblo de nuestro informante, se veré una gente bien
acostumbrado al modo de hablar que originaba en la Península Ibérica, pero
debajo la superficie de su devoción a los rituales católicos en lugar del
guay-chivo;
o como el uso de concreto maya
sobre la piedra bien picada por los antecedente maya; y también su preferencia
de comer el cochino sobre guajalote;
en la Península Yucatán se ven un poco diferente por la influencia maya que
subyace su vida cotidiana. Además la toponimia de esta tierra antigua, y afuera
los bellos nombres que representen la flora y fauna indígena a la región, se
cuenta la gente con un afectación de ser yucateco; y como he viajado por tantos
estados de la República de México, nunca he visto un orgullo tan profundo como
se queda en el estado de Yucatán… que creo yo ha resultado por el respeto que
se dan a su fundación antigua.
Debajo
del kiosco en el centro del pueblo que afrenta la iglesia, hay agua más clara.
Cubierto por una piedra grandote, con sus huecos llenado con concreto tipo maya,
se queda ocultado un cenote
antiguo como el habla de la gente que ha dado el ánima al pueblo a largo plazo.
Como dicho, Alegría es un bilingüe compuesto como tantos otros hablantes por su
pueblo con dominio de sus dos idiomas como nativos, sin embargo la oportunidad
de incorporar el habla maya en la vida diaria continúa de huirse hasta la
muerte casi inescapable. Es que sus doce
hijos, quien casi todo ya se negaron su heredad con el indeseo de hablar maya
por llegar a conocer los beneficios de hablar español por supuesto; pero al
mismo tiempo hay un mecanismo de jalar un cambio cultural, también sería uno
para empujar. En este caso, la plata brillante de la ciudad se jala mientras la
rebeldía de la juventud rechace la desesperación de una cultura en las últimas
décadas de su caída, o eso lo que pensaba yo.
Por
las observaciones del informante en el contexto de su vida diaria, he visto que
no se cuenta nada con la opción de hablar maya con o el frutero o el padre de
la iglesia si haya querido por los quienes son hablantes de puro español; aunque
por supuesto se podría elegir con quien se platica entre los dos lugares.
Dentro los cien metros entre el catedral y la frutería se localiza el kiosco
que esconde bien el cenote antiguo; y debajo la sombra de la anciana ceiba que
se riega por los aguas claras más profundas, se congregan los viejos del pueblo
para charlar de los días bien pasados, defiriendo al lenguaje de sus
antepasados cuando no haya nadie para interrumpirlos.
Pues,
la caminata por el pueblo con el informante tan alegre no ha producido nada más
que lo he pensado yo. El habla maya se esconde bien como la fundación
subterráneo de la gran ceiba que preside en el centro como el símbolo olvidado.
Es que el uso del lenguaje maya por el informante no ha llegado al superficie
nada más que las raicillas que quiebren por el acerca altísima frente el kiosco
al lado de la calle principal de la población. Debajo de tantos niveles del
concretismo inorgánico, todavía se puede escuchar los fondos de la cultura maya
en la voz de algunos pobladores como El Alegría. Como se han acostumbrado a
saludar cada persona con que se encuentre en la calle cada persona, he
escuchado solo una vez que ha saludado tipo maya el informante a solo una
mujer. Si fuera un acto subconsciente o no, llegó a la superficie al mismo modo
que dé saludos a cada otra persona en el español. Sin embargo, después de
tantos saludos placidos por su voz español, el informante reconoció algo en esa
mujer que lo mandó preferir el habla maya, yo no lo vi. En anticiparlo tantas
veces con muchas otras personas con quien tropezamos, no ha echado ninguna
palabra de maya hasta cuando llegó esa mestiza. A pesar de los sutiles
subyacentes por esta comunidad de habla en contacto, todavía pudo reconocer un
hablante mayero; sin embargo, creo yo no vaya a apostarlo si no estuviera tan
seguro hacerlo.
Al
otro modo, nos encontramos más tarde en la casa mía para reunir con el
eléctrico quien ya lo conoció el informante por tantos trabajos anteriores.
Cuando empezó su chamba el eléctrico, El Alegría y yo hemos resumido nuestra charla
del uso maya. Atendiendo a nuestro diálogo, el eléctrico impuso unos aditivos
en maya y de repente los dos empezaron de correr dentro del lenguaje que he
pensado estado en peligro de morir. Es que el eléctrico fue su menor por a los
menos 25 años, y aunque que no pude echar ni una palabra a su conversación, ya
sabía que ha llegado una conexión que fortalece la longevidad del habla oculto.
Allí, en el cómodo de la cocina mía que ha hecho Alegría de mano, me dijo que
hay tantos otros hablantes bilingües por el pueblo que no los he conocido yo
por el ocultismo del lenguaje; y esto me hace rumiar en los moto-taxistas quienes
me lleven a casa.
Cuando
me he llegado al pueblo por mi primera visita hace tres años, todos los
pobladores hablaron puro el español; o eso fue lo que he pensado yo. Ahora, porque
llegaron de conocerme bien, y porque ya saben que tengo las ganas de aprender
hablar maya sin amenaza, conmigo intentan de hablarlo cada vez casi todos los
taxistas viejos. También, después de que me he pasado más que tres años
apoyando el super-mini en el centro, en cada vez me han hablado puro español con
poco sentido… hasta que me preguntó la dueña con las ganas de aprenderlo. Hoy
en día, cada vez que entro su negocio me saluda ella en maya, creo para meter
en la cabeza mía el habla que simboliza su orgullo. Como me han aceptado al
pueblo así, lo veo mejor el orgullo que se llevan en hablar el idioma antiguo
del pueblo por cualquier manera. Eso dicho, los hablantes bilingües de este
pueblo, y por supuesto cada otro pueblo que rodea el anillo de la capital, dan
luz al brillante orgullo yucateco ellos. Y como el habla tipo español, con
todos sus obligaciones y imposiciones que se los sometió el habla maya por más
que cinco siglos, a pesar de la escondida del habla maya por esos bilingües; el
sustrato indígena está influyendo el habla de la península todavía hoy en día.
Sin
tratar de explicar todos los dinámicos que conjuga por todo la península, mejor
que se indaga los dinámicos más detallados dondequiera lleguen al superficie de
la tierra el habla distinta. Como
han escrito Hamers & Blanc (2000): “The concept of bilingualism refers to
the state of a linguistic community in which two languages are in contact with
the result that two codes can be used in the same interaction and that a number
of individuals are bilingual (societal bilingualism); but it also includes the
concept of bilinguality (or individual bilingualism) (p.1)”. En lugar de identificar adelantado la función del lenguaje al nivel
de la sociedad, en donde se queden bien separados los dos campos (los
monolingües del pueblo, y los bilingües del pueblo, como describen Appel &
Muysken (1996) en su libro Bilingüismo y
Contacto de Lengua); creo que sea mejor si se investiga las raíces cuando
lleguen al superficie en su propio momento. Y por eso, creo que no se debería deducir
nada del concepto de bilingüismo por una sociedad sin examinarlo dentro del
habla diaria por los individuos. Es
que: “Bilinguality is the psychological state of an individual… (which) will
vary along a number of dimensions which are psychological, cognitive,
psycholinguistic, social psychological, social, sociological, sociolinguistic,
sociocultural and linguistic (Hamers, 2000, cited Hamers, 1981)”. Por eso, me quedo con una perspectiva para investigar las raíces que
sostienen bien la cultura bilingüe a los fondos de la sociedad, los que están dando
el ánima al rostro de la gente en este pueblo. En que no hay ninguna manera
para calcular bien los números desde la perspectiva de una población de
bilingües por sus varios grados de bilingüe, la evidencia de su conexión con
dos campos lingüísticos no sea evidente, mientras la clasificación de los
contextos sociolingüísticos se escapan la página, tan como los efectos
sociológicos y sociales que se dirijan la categorización del input no existen, y
en que los factores socio-sicológicos que pongan valor y gobiernen esta
categorización sicolingüístico están en ausencia en los estudios académicos
estrictos, la función cognitiva de valorización entre el forma superior y la de
inferior, y por eso se necesite involucrarse en la vida cotidiana para
determinar los axiomas que podrían ayudar conservar una lengua preciosa para no
perderlo nada.
Mientras escriben Hamers & Blanc (2000),
“There is a constant interaction between the dynamics of language behaviour, at
least in part, as the outcome of societal factors, we consider also that
language behaviour at the societal level is the outcome of individual language
behavior”; y mientras con todo eso me estoy de acuerdo, porque: “at all levels
and between levels there is a constant and complex mapping process between the
form of language behavior and the function it is meant to fulfill”; pero debajo
de todo eso hay más detalle. Los autores continúan proponer este asunto:
“language behavior is the product of culture and as such it follows the rules
of enculturated behavior… it is a product of culture, transmitted from one
generation to the next in the socialization process and appropriated by each
individual”, and, “in turn, language behavior molds culture (Hamers, 2000)”. Sin embargo, solo hay tanto poco que se podría acertar por
investigar los ritmos de una sociedad. Por eso, hay que cultivar las raíces de la
gran ceiba que provenga el habla maya, que merece y debe durar la época española.
Es
que todavía se cuenta Don Alegría con la esperanza de esquivar la extinción de
su habla, y en ésta empieza llegar al nivel cognitiva, en la interacción entre
la sociedad y el individuo por la valorización cognitiva, como escriben Hamers
& Blanc (2000). Dicen que,
“when language is processed by an individual it is always intermingled with
cognitive and affective processes (Hamers, 2000)”. También
se han propuesto que “self-regulation is a characteristic… of language
behaviour” en que el comportamiento sociolingüístico no es el producto
solamente como reacción del input, sino también se cuenta con las funciones
cognitivas y emocionales que toma en cuenta la experiencias anteriores; y así
es cómo se adaptan a los contextos sociolingüísticos. Por eso, y por todas las
razones que he propuesto aquí en este documento, el proceso de valorización y
entonces la categorización cognitiva se queda en las calles y las casas de
cualquier pueblo bilingüe, entre viejos sí por supuesto; pero también en el
desarrollo del habla del bilingüe niño. Al resumen, me relató un paseo que ha
hecho el informante Alegría, en donde se encontraron algunos niños que no saben
ni una palabra de español, quienes hablaban puro maya. Pues, a pesar de las
luces brillantes económicos y políticos, todavía el orgullo yucateco se
permanece por el sustrato indígena.
Appel, R., &
Muysken, P. (1996). Introducción: Bilingüismo y contacto de Lenguas. In Bilingüismo
y contacto de lenguas. Barcelona: Ariel.
Hamers, J., &
Blanc, M. (2000). Definitions and
Guiding Principles. In Bilinguality and bilingualism (2nd ed.).
Cambridge: Cambridge University Press.